no estaba roto
recostado en una silla, guardado en un cajón
pero alguna luces se encienden
y mis ojos reflejan
bajando escaleras, subiendo la apuesta
como un merquero rojo
buscando fichas para jugar
llorando bajo la mesa para no perder la cabeza
buscando una canción que funcione de manual
para interpetar, o no sé, un pucho roto
algo que pueda mostrarte
cómo estoy funcinando adentro de mi guitarra quebrada
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